Marisol Burón, la madre de Marta Calvo, logra que el Congreso apruebe una propuesta para aplicar la prisión permanente revisable a los asesinos que oculten el cadáver de la víctima.

JAVIER MARTÍNEZ . Las Provincias, Valencia
Las hojas del calendario pasan muy despacio en el domicilio de Marisol Burón. Desde el 7 de noviembre de 2019, la madre de Marta Calvo vive con una angustia y lucha permanente. Ese día desapareció su hija, presuntamente asesinada y descuartizada por Jorge Ignacio P. J., y empezó su calvario con una sucesión de adversidades y pesadumbres.
La búsqueda infructuosa de Marta, la huida y confesión del presunto asesino, la tristeza por el trágico desenlace y la desazón por no saber dónde está el cuerpo de su hija han empujado a Marisol a librar una batalla, una lucha para ampliar los casos de condenas de prisión permanente revisable.
«Desgraciadamente mi hija Marta Calvo fue asesinada el 7 de noviembre de 2019, y a fecha de hoy aún no la tengo conmigo. Solamente una persona sabe dónde está mi hija. Tiene una ley que le ampara, que ampara su silencio. Yo, como madre, sus amigos, mi familia, estamos sufriendo porque ni siquiera podemos darle un descanso en paz, porque este personaje calla amparándose en la ley tal como está ahora. Esto debe cambiar. Tiene que estar más castigado. Por eso creo que toda persona que mate y oculte además el cuerpo, tiene que tener un castigo propio, independiente del que le corresponda por el asesinato». Este fue el alegato de una ‘madre coraje’, la conmovedora petición de Marisol para aumentar la pena de los asesinos que ocultan el cadáver de las víctimas.
«Esta lucha ha sido por mi hija y por todas las que siguen sin aparecer y puedan ser víctimas de un asesino reincidente»
«La reforma legislativa es uno de los objetivos de la plataforma que lleva el nombre de mi hija. Las familias de Diana Quer y Marta del Castillo apoyaron la propuesta y el Partido Popular y Ciudadanos la abanderaron, pero tuvimos que pedir la unidad de todos los diputados para que saliera adelante», afirma Marisol.
«Esta lucha ha sido por mi hija y por todas las que siguen sin aparecer y puedan ser víctimas de un asesino reincidente. Ojalá que no hubiera ninguna más, pero todos sabemos que eso es imposible, y por eso hay que cambiar la ley para que tengan mayor castigo», añade la madre de Marta.
Tramitación parlamentaria
La propuesta para ampliar la máxima condena que contempla el Código Penal español fue aprobada el pasado martes en el Congreso para dos nuevos supuestos: los asesinos reincidentes y para quienes oculten el cadáver de la víctima. La futura reforma lleva también la firma de Foro Asturias, Coalición Canaria y los dos diputados expulsados de Unión del Pueblo Navarro (UPN).
«Todavía nos queda mucho camino con la tramitación parlamentaria. Los diputados socialistas votaron a favor de nuestra iniciativa, pero ahora pueden retrasarla con las modificaciones que proponen», señala con incertidumbre. La intención de Marisol es que la reforma del Código Penal se apruebe antes de la celebración del juicio contra Jorge Ignacio P., el hombre acusado de asesinar a Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas.
«Quiero, pido y espero que se haga justicia. La única condena posible para este asesino debería ser la prisión permanente revisable. Hay muchas pruebas que demuestran su voluntad deliberada de matar», asegura con firmeza.
Tras dos años y cuatro meses de sufrimiento por el crimen y la búsqueda infructuosa del cuerpo de Marta, su madre aún recuerda con tristeza e indignación las horas y días siguientes a la desaparición de la joven. «Fueron los momentos más angustiosos. Sentí mucha impotencia y rabia porque la Guardia Civil y la Policía tardaron cuatro días en buscar a mi hija. Eso nunca lo olvidaré», dice con enfado.
Sin embargo, la ‘madre coraje’ valora el empeño de los investigadores que asumieron el caso. «Agradezco su gran esfuerzo por buscar a mi hija tanto tiempo en vertederos, pozos y canteras, pero mi dolor sigue siendo inmenso», afirma con el rostro cariacontecido. «Cuando la arrancaron de mi vida quería morirme, pensaba que no iba a ser capaz de salir adelante. Allá donde esté Marta sé que vela por todos nosotros, dándonos fuerzas para seguir luchando, y no voy a parar hasta que se haga justicia», insiste.
Entre sus peores recuerdos se encuentran los sobresaltos cuando sonaba el teléfono a deshoras o le llamaban los investigadores para informarle de los operativos de búsqueda de Marta. «Tenía el corazón en un puño y lo sigo teniendo porque no he perdido la esperanza de que aparezca el cuerpo».
Marisol agradece también el apoyo que ha recibido de los vecinos de Estivella y muchas otras personas que no conocían a su hija, pero le han ayudado en momentos muy difíciles, como Mariano Navarro, presidente de Psicoemergencias de la Comunitat Valenciana, una asociación de psicólogos expertos en la intervención en catástrofes.
«Mariano es más que un portavoz de la familia. Es un amigo y un psicólogo que me ha dado muy buenos consejos y me ha ayudado a controlar mis sentimientos. También me ha asesorado sobre cuestiones que yo desconocía, me acompañó al Congreso y siempre está dispuesto a ayudar cuando le pides algo», explica Marisol.
Cuando los padres de las víctimas se convierten en legisladores
El diputado de Ciudadanos Edmundo Bal aseguró que los padres de las víctimas «se convierten en legisladores» en referencia a la madre de Marta Calvo y el padre de Diana Quer, que estuvieron presentes en el Congreso cuando se aprobó ampliar la pena de prisión permanente a dos nuevos supuestos. «Pudieron quedar abatidos, pero decidieron luchar para que no les pasara a otras familias lo que pasaron ellos», manifestó Bal.
La familia de Marta del Castillo también ha apoyado la iniciativa, aunque el padre de la joven asesinada no pudo asistir a la votación en el Congreso por enfermedad. La controversia surgió cuando Genis Boadella, portavoz del PDeCAT, pidió un debate técnico «alejado de la legislación en caliente», y el diputado de Unidas Podemos Ismael Cortés dijo que la reforma que proponen el Partido Popular y Ciudadanos «no salva vidas», ya que considera que no es una herramienta útil para evitar estos crímenes.